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Perú 21

Algunos elementos para una Nueva Política Social

Veinte años después

Publicado: 2017-11-17


Hace exactamente 20 años se dio inicio en el Centro de Investigación de la Universidad del Pacífico al proyecto “Monitoreo y evaluación del Programa de lucha contra la pobreza en el Perú”, auspiciado por la IDRC y la propia universidad. Lo dirigía Enrique Vásquez y lo integraban además Carlos Parodi, Carlos Aramburú y el autor de esta nota, los dos primeros de la casa y los dos últimos provenientes de la PUCP. Hago mención a ello ya que a lo largo de dos años el proyecto generó una serie de estudios y metodologías que marcaron la pauta en lo que a Política Social en el Perú se refiere y fue su curso de Gestión Social el pionero del tema en el país.

Análisis de la inversión social, del monitoreo y evaluación de impacto de proyectos sociales y de la exclusión social, entre otros, fueron tratados de manera creativa y rigurosa y dieron lugar a tres libros y una serie de papers que serían (y aún lo son) fuente de consulta obligatoria de estudiantes, investigadores, académicos y de todos quienes estaban (y están) involucrados en la reducción de la pobreza y mejora de las condiciones de vida en nuestro país.

No vamos a hacer aquí, no es la intención ni el objetivo, un balance del impacto que dicho proyecto tuvo en los años siguientes, eso queda para los analistas y opinólogos. Lo que nos interesa es manifestar que uno de los caminos a seguir en cuanto a una propuesta de Nueva Política Social es el camino que nosotros recorrimos hace dos décadas, en primer lugar que la teoría sale de la realidad y no al revés, es decir dediquemos mayor tiempo a desarrollar metodologías a partir de lo observado y no a buscar la mejor bondad de ajuste a modelos creados para otras realidades, en segundo lugar, conocer in situ los problemas y la población más pobre, excluida y marginada, los números son importantes pero pierden sentido si no se conoce a qué o a quiénes se refiere, y un tercer aspecto a considerar es el de generar capacidades a los que tienen la responsabilidad de conducir los proyectos sociales y de desarrollo a partir de todo lo investigado, sistematizado y aprendido, el conocimiento sirve de muy poco si no se comparte y transmite.

Dicho lo anterior señalaré brevemente un aspecto en donde la nueva política social debe entrar a tallar con fuerza, y es el de la conflictividad social, especialmente en lugares donde se asientan proyectos de la industria extractiva. En mi opinión hay dos grandes grupos de ideas al respecto, una referida a que los conflictos de deben a falta de transparencia de las diversas partes, a falta de comunicación o a una mala comprensión o entendimiento de los reales interés en juego, todo ello da lugar a propuestas relacionadas a las mesas de diálogo, mesas de negociación, mesas de desarrollo, etc., en donde muy poco se resuelve de manera sólida, sostenida y sostenible y tan solo se “patean” los problemas para más adelante. Esta posición se centra en la parte superficial del problema. El segundo extremo es aquel que señala que la raíz de todo es estructural, esto es que los problemas entre comunidad y empresas se debe a que las comunidades son entes aislados y casi desligados del país oficial y que casi ninguna política (efectiva o no) se ejecuta para ellos, que poco o nada se entiende y conoce de la cosmovisión andina o nativa lo cual ahonda más la interrelación empresa-estado-comunidad, en donde propuestas a partir de este enfoque van desde el cambio de política económica hasta la negación a que se implemente proyectos mineros o petroleros.

Consideramos que efectivamente existen intereses en todos los involucrados que se deben transparentar y que existe muy poco conocimiento del sentir y pensar de la población indígena, temas que deben ser abordados de manera clara y ser parte incluso de la legislación correspondiente como parte de las obligaciones de las empresas y el Estado previo a cualquier intervención. Sin embargo, desde la Política Social podemos plantear una tercera vía, un camino alternativo a los ya existentes y que han demostrado no ser eficaces ni eficientes, por decirlo de alguna manera. Así como veinte años atrás se tuvo éxito al plantear de manera integral un cuerpo metodológico para la formulación, monitoreo y evaluación de proyectos sociales a partir de herramientas que ya existían y requerían adaptarse, hoy podemos utilizar diversos elementos y herramientas ya existentes para mejorarlas y aplicarlas de manera articulada y contribuir a mejorar la convivencia e institucionalidad en los lugares de influencia directa de los proyectos.

Instrumentos como el Plan de Desarrollo Concertado Comunal, el Monitoreo Socioambiental Comunitario y la Gestión de Riesgo Social deberían incorporarse formalmente en todas las comunidades consideradas dentro del área de influencia directa de las empresas. Dichos instrumentos no son solo útiles en sí mismos, lo cual sería ya de por si bueno, si no que se deben trabajar de manera articulada y como parte de un proceso participativo de generación de confianza entre las partes y de empoderamiento de la población, de tal forma que las comunidades se asuman (y lo sean realmente) parte del proyecto y no un beneficiario menor de la riqueza generada en su zona. Entraremos en mayor detalle de cada uno de los componentes de esta propuesta en siguientes entregas.

Quisiera finalizar este artículo con una pequeña licencia, mencionando que ser parte del proyecto del CIUP señalado al inicio fue una experiencia extraordinaria, actualmente Enrique Vásquez está en Barcelona investigando, Carlos Eduardo Aramburú es profesor principal de la PUCP y hasta hace poco Decano de la Facultad de CC.SS y Carlos Parodi una alta autoridad en el Departamento de Economía en la Universidad del Pacífico y líder de opinión en diversos medios de comunicación. Y aun cuando se han frustrado dos ocasiones para retomar de manera colectiva temas de Política Social cada uno de los miembros del proyecto viene haciendo lo suyo de manera individual, estoy seguro que a la tercera va la vencida.


Escrito por

Carlos Figueroa Asencios

Máster en Investigación para el Desarrollo Universidad Complutense de Madrid. Economía PUCP. Gerencia del Desarrollo JPAL, INDES. Docente UP


Publicado en

La riqueza de las pasiones

Artículos de opinión sobre Economía, Política Social, Desarrollo y Medio Ambiente. Economista de la PUCP, amante de la música y la natación.